Ser hijo de nuestro Señor Jesús es la mayor de todas las dádivas

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”. *Juan 1:12-13*

Ser hijo de nuestro Señor Jesús es la mayor de todas las dádivas que podemos recibir como seres humanos. Ningún otro ser creado tiene ese privilegio.

Cuando creemos en nuestro Señor Jesús y le aceptamos por fe, dejamos de ser meras criaturas y pasamos a ser adoptados como hijos de nuestro Señor Jesús.

Esa adopción a través del gran amor de Él.

Aquel que es nacido en nuestro Señor Jesús puede andar en su presencia, confiando y moldeándose como nuestro Señor Jesús y nuestro objetivo.

Si ponemos nuestra atención en nuestro Señor Jesús encontraremos en él nuestro modelo y el mejor ejemplo para agradar al Padre en todo.

A lo largo del camino, por la fe y con la obra perfeccionadora que viene de nuestro Señor Jesús, vamos adquiriendo aspectos del carácter de nuestro Señor Jesús para que seamos más semejantes a Él, como hijos genuinos y amados de Él.

Señor Jesús, gracias por amarme y aceptarme como hijo en tu gran familia.

Por tu gracia en nuestro Señor Jesús puedo recibir el perdón y la salvación para estar para siempre junto a ti.

Ayúdame para que en toda mi vida, yo pueda andar como tu Señor Jesús, que te honró y te amó hasta el fin.

Amén

MIAI. México