Esta es la biografía de un hombre que tal vez hoy no aceptarías en tu templo.
Marcos era el sobrenombre que tenía Juan, hijo de María, la hermana en cuya casa los hermanos se congregaron para hacer oraciones de fe por Pedro que estaba en la cárcel.
Ellos eran una familia conocida entre los hermanos. Hechos 12. Este Marcos era familiar directo de Bernabé, el Apóstol que juntamente con Pablo, realizaron largos viajes recorriendo las iglesias que estaban en pleno crecimiento; de hecho, era su sobrino así lo dice Colosenses 4:10.
Cuando Pablo y Bernabé realizan su primer viaje misionero toman como ayudante a Marcos (Hechos 13:5). Sin embargo, él no se quedó durante todo el viaje. Marcos abandonó a Pablo y Bernabé en Panfilia y dejó la obra (Hechos 15:38). La biblia no dice por qué Marcos desertó, pero su abandono llegó justo después de un tiempo muy difícil. (Hechos 13:4-12). La oposición demoníaca en Chipre había sido muy fuerte y es posible que el joven Marcos se hubiera desanimado por la dureza de lo que veía en el camino y decidió volver a las comodidades del hogar.
Después que Pablo y Bernabé regresaron de su primer viaje, Pablo expresó el deseo de volver a los hermanos en las ciudades que previamente había visitado para ver cómo estaban (Hechos 15:36). Bernabé estuvo de acuerdo, pero quería llevar a Marcos con ellos. Sin embargo, Pablo se negó a llevarlo, mencionando la deserción anterior de Marcos. Por este desacuerdo Pablo y Bernabé se separaron el uno del otro, tomando rumbos diferentes en los viajes. (Hechos 15:39) Bernabé se llevó a Juan Marcos a Chipre, y Pablo escogió a Silas, pasando a Siria y Cilicia para alentar a los creyentes en las iglesias en esas áreas (Hechos 15:39-41).
El hermano Bernabé, el "hijo de consolación" (Hechos 4:36), quiso perdonar el fracaso de Juan Marcos y darle otra oportunidad y aunque Pablo optó por el punto de vista más racional: no hizo nada que provocara la angustia para Bernabé ni para ningún miembro de las congregaciones. Al final de cuentas lo que pareció un malestar se convirtió en dos grupos de misioneros que estaban alentando y esparciendo el evangelio.
Ellos no estaban predicando o anunciando diferentes doctrinas, simplemente siguieron con la misma misión y visión apostólica que la obra requería en esos días.
Años más tarde, Marcos está con Pablo, quien lo llama un "colaborador" (Filemón 1:24). Y cerca del final de la vida de Pablo, éste envía una carta a Timoteo desde la cárcel diciendo: "Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio" (2 Timoteo 4:11). Obviamente, Juan Marcos había madurado a través de los años y se había convertido en un siervo fiel del Señor. Pablo reconoció su progreso y lo consideraba un valioso compañero para sus últimos días.
¿QUÉ VEMOS EN ESTA HISTORIA?
Un muchacho flaqueante y débil que se equivoca y falla ante dos poderosos hombres de Dios. Uno de ellos, Bernabé, quien decide hacerse responsable de Marcos y darle una nueva oportunidad en el ministerio y el otro, Pablo, decide darle el tiempo para su madurez espiritual procurando su salvación y confiando en las obras magníficas que el Señor hace en todos aquellos que fallamos reiteradas veces.
Todos nos equivocamos y fallamos todo el tiempo. No hay pecado grande o pequeño, el pecado es pecado y no hay hombre que en el día no peque.
No justificamos a nadie porque Dios es quien nos justifica y ciertamente hay asuntos que se deben tratar como lo hizo Bernabé; en familia, pues seguramente Bernabé enseñó a Marcos todo lo que más pudo para procurar esa efectiva madurez.
La paga del pecado es muerte pero que gran bendición será si podemos librar a alguien del mismo infierno, el Apóstol Judas nos exhorta claramente.
“Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.” Judas 1:17-25.
SIGAMOS ADELANTE Y SI ALGUIEN FALLA MAS QUE NOSOTROS, ANTES DE HUNDIRLO, PROCUREMOS SU SALVACIÓN, MIREMOS COMO EL SEÑOR NOS MIRA A NOSOTROS.
Necesitamos que Bernabé le dé una oportunidad a Marcos para que Pablo tenga un fiel colaborador en sus últimos días.
¡Es tiempo de salvación!
¡Aleluya!
Obispo Simón Maciel. 12-12-2022
Cuando Pablo y Bernabé realizan su primer viaje misionero toman como ayudante a Marcos (Hechos 13:5). Sin embargo, él no se quedó durante todo el viaje. Marcos abandonó a Pablo y Bernabé en Panfilia y dejó la obra (Hechos 15:38). La biblia no dice por qué Marcos desertó, pero su abandono llegó justo después de un tiempo muy difícil. (Hechos 13:4-12). La oposición demoníaca en Chipre había sido muy fuerte y es posible que el joven Marcos se hubiera desanimado por la dureza de lo que veía en el camino y decidió volver a las comodidades del hogar.
Después que Pablo y Bernabé regresaron de su primer viaje, Pablo expresó el deseo de volver a los hermanos en las ciudades que previamente había visitado para ver cómo estaban (Hechos 15:36). Bernabé estuvo de acuerdo, pero quería llevar a Marcos con ellos. Sin embargo, Pablo se negó a llevarlo, mencionando la deserción anterior de Marcos. Por este desacuerdo Pablo y Bernabé se separaron el uno del otro, tomando rumbos diferentes en los viajes. (Hechos 15:39) Bernabé se llevó a Juan Marcos a Chipre, y Pablo escogió a Silas, pasando a Siria y Cilicia para alentar a los creyentes en las iglesias en esas áreas (Hechos 15:39-41).
El hermano Bernabé, el "hijo de consolación" (Hechos 4:36), quiso perdonar el fracaso de Juan Marcos y darle otra oportunidad y aunque Pablo optó por el punto de vista más racional: no hizo nada que provocara la angustia para Bernabé ni para ningún miembro de las congregaciones. Al final de cuentas lo que pareció un malestar se convirtió en dos grupos de misioneros que estaban alentando y esparciendo el evangelio.
Ellos no estaban predicando o anunciando diferentes doctrinas, simplemente siguieron con la misma misión y visión apostólica que la obra requería en esos días.
Años más tarde, Marcos está con Pablo, quien lo llama un "colaborador" (Filemón 1:24). Y cerca del final de la vida de Pablo, éste envía una carta a Timoteo desde la cárcel diciendo: "Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio" (2 Timoteo 4:11). Obviamente, Juan Marcos había madurado a través de los años y se había convertido en un siervo fiel del Señor. Pablo reconoció su progreso y lo consideraba un valioso compañero para sus últimos días.
¿QUÉ VEMOS EN ESTA HISTORIA?
Un muchacho flaqueante y débil que se equivoca y falla ante dos poderosos hombres de Dios. Uno de ellos, Bernabé, quien decide hacerse responsable de Marcos y darle una nueva oportunidad en el ministerio y el otro, Pablo, decide darle el tiempo para su madurez espiritual procurando su salvación y confiando en las obras magníficas que el Señor hace en todos aquellos que fallamos reiteradas veces.
Todos nos equivocamos y fallamos todo el tiempo. No hay pecado grande o pequeño, el pecado es pecado y no hay hombre que en el día no peque.
No justificamos a nadie porque Dios es quien nos justifica y ciertamente hay asuntos que se deben tratar como lo hizo Bernabé; en familia, pues seguramente Bernabé enseñó a Marcos todo lo que más pudo para procurar esa efectiva madurez.
La paga del pecado es muerte pero que gran bendición será si podemos librar a alguien del mismo infierno, el Apóstol Judas nos exhorta claramente.
“Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.” Judas 1:17-25.
SIGAMOS ADELANTE Y SI ALGUIEN FALLA MAS QUE NOSOTROS, ANTES DE HUNDIRLO, PROCUREMOS SU SALVACIÓN, MIREMOS COMO EL SEÑOR NOS MIRA A NOSOTROS.
Necesitamos que Bernabé le dé una oportunidad a Marcos para que Pablo tenga un fiel colaborador en sus últimos días.
¡Es tiempo de salvación!
¡Aleluya!
Obispo Simón Maciel. 12-12-2022
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