En años recientes un grupo conocido como las asambleas de Yahweh Han puesto un énfasis poco común en la pronunciación del nombre de Dios. Las asambleas de Yahweh mantienen que el verdadero nombre de Dios es Yahweh y que la salvación viene específicamente por este nombre.
Los miembros de este grupo también afirman que el nombre del hijo de Dios debe pronunciarse Yashua. Cualquiera otra forma, como Iesous (griego) o Jesús (español). Es inaceptable. Ellos dicen que el nombre de Jesús fue derivado de los nombres de los dioses griegos Zeus y Dionisius, porque las últimas dos letras de cada nombre son idénticas.
Uno de sus escritores incluso ha alegado que el nombre de Jesús quiere decir “el cerdo” porque “Je” supuestamente significa “el” y “sus” supuestamente quiere decir “cerdo”.
Los estudiosos generalmente están de acuerdo que la pronunciación original en hebreo del nombre de Dios en el antiguo testamento era Yahweh o algo similar; Ciertamente la pronunciación Jehová es una construcción castellana más tardía. La mayoría de los estudiosos también están de acuerdo que en el tiempo del nuevo testamento la pronunciación en hebreo o arameo del nombre de Jesús era Yeshua o Y’shua (No Yashua) y que este nombre es idéntico al nombre del antiguo testamento Josué. Vamos a analizar la posición de las asambleas de Yahweh, a la luz de las escrituras.
En primer lugar, las asambleas de Yahweh no atribuyen a Jesucristo la plenitud de la deidad tal como la Biblia hace. Ellos hablan de Dios y de Jesús como si fueran dos personas separadas. Su punto de vista acerca de Jesús es similar a los testigos de Jehovah; Ambos grupos usan la designación E.C (era común) en lugar de (Anno Domini = en el año del Señor), al parecer porque ellos no quieren reconocer al Jesús como el supremo Señor. Las asambleas de Yahweh exaltan a Yahweh como el nombre más alto de Dios, no comprendiendo que el nuevo testamento nos proporciona una mayor revelación de Dios y de su nombre. Yahweh del Antiguo Testamento se manifestó en carne para ser nuestro salvador en el nuevo testamento. El nombre “Jesús” incorpora la revelación de Dios contenida en ambos testamentos, porque literalmente significa “Yahweh-salvador” o “Yahweh es salvación”.
Aunque otros han llevado el nombre de Josué, Yeshua o Jesús, solamente el nombre de Jesucristo de Nazaret personifica el verdadero significado de ese nombre. Él es “Dios con nosotros” (Mat. 1:23) quien vino a “salvar a su pueblo de sus pecados” (Mat. 1:21) y “en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (col.2:9).
Por consiguiente, el nombre de Jesús es el único nombre salvador, el nombre más alto que la humanidad jamás haya conocido, el nombre ante cual toda rodilla se doblará, el nombre que toda lengua confesará, y el nombre que nosotros debemos decir y hacer todas las cosas (Hechos 4:12, Efesios 1:21-21, Filipenses 2:9-11, Colosenses 3:17). Por esta razón la iglesia primitiva bautizó en el nombre de Jesús, no en el nombre de Yahweh (Hechos 2:38).
En segundo lugar, las asambleas de Yahweh añaden eficacia salvadora a la pronunciación del nombre de Dios de una manera muy específica a las vibraciones de ondas sonoras. En realidad. La importancia del nombre descansa en su significado y no en su pronunciación. El nombre solo es eficaz cuando nosotros tenemos fe en aquel a quien el nombre representa. Cuando nosotros invocamos el nombre de Jesús con fe, Él responde a nuestro clamor y realiza una obra en nuestras vidas.
Esto es lo que la Biblia significa cuando dice que nosotros recibimos sanidad y salvación a través del nombre de Jesús: “Y la fe que es por él ha dado a éste está completa sanidad” (Hechos 3:16) “Todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:43).
Las respuestas a las oraciones no vinieron a la iglesia primitiva debida a una cierta pronunciación del nombre, sino porque ellos invocaron el nombre de Jesús en fe.
Los siete hijos de Esceva intentaron expulsar demonios invocando el mismo nombre que Pablo usó con éxito. Ellos no pudieron expulsar los demonios porque, a diferencia de Pablo, ellos no tenían una relación personal con Jesucristo (Hechos 19: 13-17). El problema de ellos no era la pronunciación defectuosa del nombre sino una fe deficiente.
Un estudio del lenguaje humano demuestra que es un error atar eficacia salvadora a una cierta pronunciación del nombre de Jesús. Nadie pronuncia las palabras exactamente igual: Las impresiones de la voz son tan única como las huellas digitales. Aun cuando nosotros pudiéramos estar seguro de la ortografía original del nombre de Dios en el antiguo testamento, nadie puede saber la pronunciación exacta que los hebreos antiguos dieron a las vocales y consonantes individuales.
Es más, el hebreo antiguo tenía dialectos deferentes, y en uno de ellos no había ningún sonido para “sh” en ciertos casos (Jueces 12:4-6)
Si la salvación depende de la pronunciación exacta del nombre hebreo de Dios ¿Qué pasa con las personas con impedimento de lenguaje, acentos o dialectos? ¿Qué pasa a las personas cuyos idiomas no contengan ciertos sonidos? Por ejemplo, el griego no tiene un sonido para “sh”, y el coreano no tenga un sonido para la “s” final.
En tercer lugar, la posición de las asambleas de Yahweh nos exigiría que rechazáramos el nuevo testamento que nosotros tenemos ahora. Incluyendo todos los manuscritos y versiones conocidas. El nuevo testamento griego, incluyendo todos los manuscritos griegos antiguos en existencia, usa el nombre “Iesous”. Las asambleas de Yahweh tienen que sostener que el nuevo testamento no fue escrito por los apóstoles o por la iglesia primitiva. Porque si ellos usaron Iesous en tan solo un pasaje, entonces la posición de las asambleas de Yahweh está desaprobada.
Mientras algunos estudiosos creen que el evangelio de Mateo fue originalmente escrito en hebreo o arameo, es imposible mantener que el nuevo testamento entero haya sido escrito en ese idioma. El evangelio de Lucas y el libro de Hechos fue escrito por un gentil, Lucas, a otro gentil, Teófilo, y es poco probable que cualquiera de ellos supo hebreo o arameo. Pablo escribió sus cartas a iglesias gentiles, claramente estos escritores usaron el idioma griego. Es más, un estudio del estilo, gramática, modismos y vocabulario del nuevo testamento demuestra que el griego fue el idioma original.
Para que la posición de las asambleas de Yahweh sea correcta, Jesús, los apóstoles y la iglesia primitiva habrían tenido que usar el nombre hebreo Yashua y nunca cualquiera otra variación, incluso hablando o escribiendo en el hebreo, arameo o griego de su día. Nosotros no tenemos un solo manuscrito o la versión antigua del nuevo testamento que lo haya hecho así. Nadie ha reportado alguna vez la existencia de semejante manuscrito. Ningún estudioso jamás ha producido alguna evidencia de semejante manuscrito.
En cuarto lugar, la erudición de las asambleas de Yahweh es defectuosa. El diccionario claramente muestra que el nombre castellano Jesús vino del latín Iesus, del griego Iesous y del hebreo Yashua. Este último a su vez es una reducción del nombre original hebreo Yehoshua.
Esta forma larga ocurre en Números 13:16, y viene de Yah (una forma corta de Yahweh) Y hoshia (significa “ayudar” con la connotación posterior de “salvar”).
Para ser consistente, las asambleas de Yahweh no deberían usar la forma contraída de Yashua, sino la forma original Yehoshua o quizás aún Yahweh-hoshia. Es más, la formación del nombre castellano Jesús no fue debido a cualquier motivo o significado siniestro, ocurrió según las reglas y desarrollo normales en hebreo, griego, latín y castellano.
No es correcto decir que el nombre de Jesús proviene de la combinación de dos palabras separadas “je” y “sus” supuestamente queriendo significar “el cerdo”, más de lo que el nombre de David viene de “Da” y “vid” con significado de “video del día”. Es más, ningún diccionario dice que “Je” significa “el” o que “sus” significa “cerdo”.
La relación del nombre de Jesús con la terminación de Dionisius y Zeus, es completamente coicindencial. En el griego original no hay ninguna conexión, porque las terminaciones son respectivamente “os”, “Eus” y “ous” (ambos “eu” y “ou” son diptongos, lo que quiere decir que las vocales deben ser pronunciadas como una unidad y para no deben ser considerados como sonidos separados o silabas.)
En quinto lugar, como un asunto practico, Dios mismo honra el uso del nombre castellano Jesús. Cuando las personas oran usando ese nombre en fe, ellas reciben el Espíritu Santo, reciben respuesta a la oración, y reciben sanidad y liberación de los demonios.
En conclusión, el nombre de Jesús puede pronunciarse de muchas maneras diferentes en varios idiomas, dialectos y acentos. En todas sus formas significa la misma cosa: El único Dios verdadero del antiguo testamento se ha vuelto nuestro salvador en la persona histórica de Jesús de Nazaret. Cuando una persona usa el nombre con esa comprensión, y con fe en Jesús como Señor y Mesías, entonces sin tener en cuenta el idioma, su oración alcanzará el trono de Dios y la invocación del nombre de Dios será eficaz.
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12) Escrito Diciembre 2010. Reescrito 30/11/2022 Su hno. desde el cono sur Josué Nayib.
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