No es nada natural para el cristiano el poder vivir entre cristianos. Jesucristo vivió en medio de sus enemigos. Por último, lo abandonaron todos los discípulos. En la cruz estaba completamente solo, rodeado de mal hechores y blasfemos. El había venido para traer la paz a los enemigos de Dios. por esta razón, tampoco el cristiano pertenece al retraimiento de la vida monástica, sino que su lugar está en medio de sus enemigos. Es allí donde esta su misión, su trabajo.
“Bien que los esparciré entre los pueblos, aún en lejanos países se acordarán de mi” (Zac. 10: 9).
Debido a la voluntad de Dios la cristiandad es un pueblo esparcido, desparramado como la simiente “por todos los reinos de la tierra” (Dt. 28: 25).
Esta es su maldición y su promesa.
“Yo los reuniré porque los he redimido;” “y volveré” (Zac. 10: 8,9). ¿Cuándo acontecerá esto? Ha acontecido en Jesucristo que murió “para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Jn. 11:52), y finalmente se hará visible al termino del tiempo cuando los ángeles de Dios juntarán a los escogidos de los cuatro vientos,. “desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mateo 24: 31).
Hasta entonces el pueblo de Dios permanecerá disperso, ligado solamente por Jesucristo; unificado por el hecho de que, estando diseminado entre los infieles, en los países lejanos, piensa en ÉL.
De este modo no es más que una anticipación de las cosas postreras – concedidas por gracia – que los cristianos puedan vivir ya aquí en una comunidad visible con otros cristianos, en el tiempo comprendido entre la muerte de Cristo y el Día del Juicio. Es la gracia de Dios la que permite que una comunidad pueda congregarse en este mundo y en forma visible alrededor de la palabra de Dios y de los sacramentos.
La presencia corporal de otros cristianos representa para el creyente una fuente de alegría y de fortalecimiento incomparables. Con gran deseo. El Apóstol Pablo en prisión, llama a “su amado hijo en la fe” Timoteo, en los últimos días de su vida a que lo visite en la prisión (2° Tim 1:4). Pensando en la congregación de Tesalónica, Pablo ora “de noche y de día para que veamos vuestro rostro” (1° Tes. 3:10), y el anciano Juan sabe el gozo que le deparan los suyos. Pero solo será perfecto cuando él pueda ir hacia ellos y hablarles cara a cara en lugar de hacerlo por medio de papel y tinta. (2° Juan 12).
Entre los cristianos sinceros de la congregación se despierta hoy el deseo de reunirse con otros cristianos durante la pausa en que descansan de su trabajo, para una vida en común bajo la Palabra. La comunión cristiana significa a través de Jesucristo y en Jesucristo. No existe una comunión cristiana que sea mas, ni ninguna que sea menos que esta. Desde el encuentro breve, único, hasta la larga convivencia de muchos años, la comunión cristiana es solo esto, nos pertenecemos unos a otros únicamente por medio de Jesucristo y en ÉL.
¿Que significa esto? En primer lugar, significa que un cristiano necesita del otro por causa de Cristo. Significa en segundo lugar que un cristiano pueda llegarse a otro por medio de Jesucristo. Significa en tercer lugar que desde la eternidad. Partiendo de ellos aprende el que fue colocado por Dios en una vida en común con otros cristianos que es lo que significa el tener hermanos. “Por tanto, recibios los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Rom. 15: 7).
“Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis los unos a los otros .... Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más” (1° Tes. 4: 9-10).
Evangelista Juan Mauricio Cristi
Buenas Tardes Apostólicas.
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