“…He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar…” Apocalipsis 3:8

Los santos que permanecen fieles a la verdad de nuestro Señor Jesús tenemos una puerta abierta delante de nosotros.

 

Alma mía, tú has resuelto vivir y morir conforme a lo que nuestro Señor Jesús ha revelado en Su palabra, y por tanto delante de ti está esta puerta abierta. Vamos a entrar a través de la puerta abierta de comunión con nuestro Señor Jesús.

 ¿Quién nos denegará la entrada? Jesús ha quitado nuestro pecado, y nos ha dado Su justicia, y por eso podemos entrar libremente. Señor Jesús, eso hacemos por gracia. T

enemos también delante de nosotros una puerta abierta a los misterios de tú Palabra. 

Podemos adentrarnos en las cosas profundas de nuestro Señor Jesús. Elección, Unión con Él, la Segunda Venida: todas estas cosas están delante de nosotros, y podemos disfrutarlas. 

Una puerta abierta de acceso está delante de nosotros en privado, y una puerta abierta de utilidad en público. 

Nuestro Señor Jesús nos oirá; Él nos usará. Una puerta es abierta para nuestra marcha progresiva hacia la iglesia de arriba, y para nuestra comunión diaria con los santos de aquí abajo. 

Algunos procurarán encerrarnos o dejarnos fuera, pero todo eso será en vano. Pronto veremos una puerta abierta al cielo: la puerta de perlas será nuestra vía de entrada, y entonces entraremos donde está nuestro Señor y Rey, y estaremos eternamente unidos con Él. Amén y Amén. 

MIAI. México