miércoles, 28 de junio de 2023
GRACIAS DIOS POR ESTOS 18 AÑOS!
“Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, pues cercano está tu nombre; los hombres declaran tus maravillas” (Salmos 75:1).
Los aniversarios son ocasiones especiales que demuestran el progreso de la obra de Dios que se ha emprendido (18 años)... Con cada año que pasa, nuestro MINISTERIO enfrenta nuevos retos y un aniversario (Día en que se cumplen años) es una fecha para celebrar los obstáculos superados. También es un tiempo para mostrar agradecimiento a Dios y a esos fieles hombres y mujeres de Dios por los momentos juntos. Y en la Biblia hay versículos adecuados para celebrar una ocasión como esta.
“VENID, celebremos alegremente á Jehová: Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salud. Lleguemos ante su acatamiento con alabanza; Aclamémosle con cánticos” (Salmos 95:1-2).
Para definir el nombre de la Obra que se emprendería, oramos por mucho tiempo. Unos dijeron que esta Obra tenía que estar en movimiento; otros, que debía ser misionera; y todos concluyeron que debía ser mundial. Así fue como nació el Ministerio Iglesia Apostólica Internacional.
¿Por qué Movimiento? Movimiento es la acción de mover y el efecto que se genera; todo lo que tiene vida se mueve; lo que está muerto no remueve ni un pozo de agua, no importa que tan pura sea, si no tiene movimiento se daña, se llena de sapos, de larvas y hasta de serpientes. Un cuerpo, si está vivo, tiene que estar en continuo movimiento; nuestro corazón mantiene un movimiento ininterrumpido hasta la muerte y eso hace que la sangre se distribuya y lleve nutrientes a todo el cuerpo. El día que nuestro corazón deje de moverse, se produce nuestra muerte. ¿Qué tiene que ver esto con lo espiritual? Mucho, porque la palabra movimiento y la palabra misionero son inseparables, no puede haber un misionero estático, estancado o muerto, el movimiento tiene que estar entrelazado con la obra misionera, no puede haber un misionero inmóvil ni un movimiento si no es misionero.
La Palabra de Dios nos dice en Lucas 24:49: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en Jerusalén, hasta que seáis investidos del poder de lo alto”. Y en el libro de Hechos 1:8, la Palabra de Dios nos señala lo siguiente: “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la Tierra”.
En Hechos 8:1 dice: “En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén”. Acomodada, aquietada y encerrada, “… y todos fueron esparcidos”; ¿para dónde corrieron?, para los lugares que el Señor Jesús les había dicho; la Palabra dice: “… y fueron esparcidos por las tierras de Judea y Samaria, salvo los apóstoles”, porque ellos no se fueron voluntariamente. La comodidad impide la visión, impide que la persona reflexione y reaccione ante el dolor de otro, la comodidad estorba muchas cosas, pero ellos no querían ir; por eso, Dios trajo una persecución en Jerusalén, y por esa persecución salieron huyendo para Judea y Samaria.
¿Qué sucedió entonces?, que entraron en movimiento; porque la iglesia se había quedado estancada, había perdido el nombre, la visión; pero viene la persecución y llega el movimiento a Judea, entra el movimiento a Samaria y, ahora, al mundo entero. Iban corriendo por todas partes y no cesaban de predicar de Jesucristo. Fueron esparcidos a las ciudades que el Señor les había dicho, entraron en movimiento y pusieron en práctica la obra misionera. Dios le dio la misión y la visión a esta Obra, por eso a cada persona que llega con ciertas condiciones la capacitamos, y luego la ponemos en un lugar, para que gane almas para Cristo; por eso somos un movimiento, corremos a invertir en la obra misionera. Proverbios 11:30 El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.31 Ciertamente el justo será recompensado en la tierra;¡Cuánto más el impío y el pecador!
¿Por qué mundial?, porque el Señor nos mandó a predicar a todo el mundo. No somos una iglesia local o nacional, somos parte de Pentecostés que comenzó el día que descendió el Espíritu Santo (Hechos 2), entonces somos de extensión mundial. Tenemos que ir a todas las naciones del mundo. Marcos 16:15-16.
Pero esta Obra, la desamparada, la menospreciada por muchos, se adhiere cada vez más y más a la Palabra de Dios; se vigoriza con el poder del Espíritu Santo y sigue dando a luz hijos… Amados, en esta Obra donde Dios nos tiene, que está en perfecta unidad, nadie buscando lo suyo propio, ni buscando su propio provecho, ni promoviendo su propia imagen y ministerio, sino que todos en perfecta unidad, juntos trabajamos como un equipo, para el engrandecimiento de la Obra de Dios y para gloria de Su nombre.”
Poco a poco se fueron uniendo personas de muchos países, las cuales captaron la visión y juntamente con él sirvieron al Señor. Fueron personas sencillas y humildes, muchos sin títulos, sin reconocimientos, sin apoyo humano, pero con un corazón grande en fe, los cuales fueron sembrando la semilla con lágrimas, con gran esperanza de un día ver una gran cosecha de almas. Fueron hombres y mujeres que se humillaban continuamente a Dios, que sabían gemir e interceder, que sentían en su corazón la llama del Espíritu Santo y el deseo de evangelizar. Y aunque en muchos lugares eran despreciados, sus vidas estaban llenas del poder y de la gloria de Dios.
Diez y ocho años muy sufridos, en medio de carencias de recursos económicos y de capacidades intelectuales. Fueron personas usadas con poder, y abundante conocimiento de las Sagradas Escrituras, supieron manejar cada situación frente a la oposición de esos días, y continuamente dependieron de la mano del Señor en cada necesidad. No padecieron de miopía espiritual, nunca escatimaron esfuerzo alguno, sino que prefirieron muchas veces privarse de comodidades con tal de llegar a un pueblo, o a un país más. Nunca les importó el medio de transporte que tuvieran que utilizar, si tenían que caminar muchas horas por las montañas, por caminos polvorientos, incluso con el barro hasta las rodillas, o cruzar ríos; porque la visión que tenían era aún más grande, la pasión que los consumía por cada alma que pudieran ganar por las veredas rurales o las ciudades era más fuerte y eso les dio la fuerza para no desmayar; por esta razón la visión no quedó encerrada, sino que se extendió a muchos lugares más.
Pero también es necesario mencionar que, en medio de estos hombres fieles, sinceros, se infiltraron aquellos que serían motivo de dolor y de lágrimas para nuestro MINISTERIO IGLESIA APOSTOLICA INTERNACIONAL; porque eran hombres que buscaban sus propios intereses, ventajas y posiciones, buscaban levantar su propia imagen, sin importarles los daños que la Obra de Dios pudiera tener. Como dicen las Escrituras: “... cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza, que sólo piensan en lo terrenal” (Fil. 3:19).
Otros hombres se dejaron dañar en el transcurso del camino, por el descuido espiritual y la falsa confianza en sí mismos por lo que Dios les había dado; se desviaron de la verdad, al igual que varios reyes de la historia bíblica, pues al verse grandes se olvidaron que todo lo habían recibido de Dios; se olvidaron de esto y se llenaron de soberbia, orgullo, altivez, vanagloria, y esto hizo que Dios se alejara de ellos. “Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos” (Sal. 138:6). Se fueron siguiendo el camino de Balaam, como lo indican los apóstoles Pedro y Judas; se fueron amando el lucro; se rebelaron como Coré, Datán, Abiram, Absalón y Diótrefes. Sin embargo, a pesar de todo, la Obra sigue en pie como testimonio de que esta Obra no es de hombres sino de Dios.
Por estas razones bíblicas, espirituales, de experiencias y de vivencia personal, es que esta Obra depende del Señor para el sostenimiento y para el avance de la misma. Nosotros no tenemos ninguna asignación económica de ninguna agencia misionera, ni de concilio alguno; no tenemos comercios, ni industrias, ni cooperativas; no celebramos maratones, ni ejercemos presiones para forzar los ingresos; ni tampoco hemos bajado los niveles bíblicos de conducta, de disciplina, de moral y de santidad por ventajas económicas.
Entre nosotros mismos, los pastores, iglesias, hermanos en esta Obra, tenemos que realizar esfuerzos especiales más allá de nuestras fuerzas, tenemos que agonizar en la oración para que Dios obre y toque corazones y mueva voluntades para que cooperen. Es mejor agonizar en oración para el cumplimiento de los compromisos y el avance de la Obra, que tener millones de dólares acumulados en los bancos, por razón de lo cual ya no tendríamos que agonizar en la presencia de Dios, y seríamos dependientes de los millones de dólares e independientes de Dios; todo lo cual nos llevaría al materialismo, a la ambición, a la mundanalidad, pues dice la Palabra que “raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos males” (1 Tim. 6:10); y sea hombre o sea concilio irá a parar “a la compañía de los muertos” (Pr. 21:16). Esta Obra, pues, en el Nombre de Señor Jesús, seguirá dependiendo de Dios en agonía e intercesión y siempre avanzando, porque “en cuanto Sion estuvo de parto [agonía] dio a luz sus hijos” (Is. 66:8). Y para la gloria de Dios, el gozo de los que aquí trabajamos, el regocijo de los que oran y cooperan viendo el fruto de sus ofrendas, la admiración de los que miran de lejos, vergüenza de los que pueden hacer más y no lo hacen, preocupación de los que se oponen, y derrota del diablo, esta Obra, en su agonía seguirá pariendo hijos espirituales, nuevas iglesias, más obreros del Señor, más pastores, evangelistas, misioneros, maestros de la Palabra; y todo para la gloria de Dios y alabanza de su nombre. ¡Dios nunca ha fallado ni fallará!
Hoy estamos transmitiendo al mundo entero la Palabra del Señor por medio de varios medios, la radio, el internet y la prensa escrita. Estamos presente en Chile, Argentina, Venezuela, Colombia, México, Bolivia, Haití, Ecuador y Nicaragua. Difundimos miles de mensajes que se transmiten diariamente y llegan a lugares remotos, donde hay personas que necesitan y esperan su alimento espiritual. Estamos haciendo una guerra a las huestes infernales en los lugares celestes con la Palabra de Dios, que avanza y atraviesa el mundo. Eso se llama Ministerio Iglesia, eso se llama Apostólica, eso se llama Internacional. Creemos en todo lo que la BIBLIA dice. ¡Seguiremos adelante!, ¡avanzando!, ¡cruzando fronteras, ciudades, naciones!, ¡a través de los medios de comunicación!, ¡predicando la verdad! Y, mientras esperamos al Señor Jesús, seguimos testimonio de Él. JESUS ES EL VERDADERO DIOS Y LA VIDA ETERNA. Junio 2023. Su hno desde el cono sur Josue Nayib.
¡GRACIAS DIOS MÍO POR LOS DIEZ Y OCHO AÑOS Y SI TÚ NOS PERMITES VAMOS POR MÁS!
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