martes, 4 de octubre de 2022

Y yo, si fuere levantado de la tierra, ...

 


“Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” Juan 12:32 Vamos, obreros, cobren ánimo. Ustedes temen no poder atraer a una congregación. 

Intenten la predicación de un Salvador crucificado, resucitado y ascendido; pues esta es la mayor “fuerza de atracción” que haya sido jamás manifestada entre los hombres. ¿Qué los atrajo a Cristo sino Cristo? ¿Qué los atrae a Él ahora sino Su propia bendita persona? Si ustedes han sido atraídos a esta doctrina por cualquier otra cosa, pronto serán atraídos lejos de ella; pero nuestro Señor Jesús los ha retenido, y los retendrá hasta el fin. ¿Por qué, entonces, dudar de Su poder de atraer a otros? Vayan en el nombre de nuestro Señor Jesús a aquellos que han sido tercos hasta este momento, y vean si no los atrae. Ningún tipo de hombre está más allá de este poder de atracción. Viejos y jóvenes, ricos y pobres, ignorantes y letrados, depravados o afectuosos, todos los hombres habrán de sentir la fuerza de atracción. Nuestro Señor Jesús es el único imán. No pensemos en ningún otro. Al Señor Jesús, no lo atraerá elocuencia, la lógica, las ceremonias o el ruido. El propio Señor Jesús ha de atraer a los hombres a Sí mismo; y nuestro Señor Jesús es el indicado para la obra en cada caso. No permitan ser tentados por la charlatanería del día; mas como obreros de nuestro Señor Jesús trabajen a Su manera, y atraigan con las propias cuerdas de nuestro Señor Jesús. Atraigan hacia nuestro Señor Jesús, y atraigan por Jesús, pues entonces nuestro Señor Jesús atraerá por medio de ustedes. Amén, Amén y Amén.


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