Tal como el desayuno es esencial para nutrir nuestro cuerpo y prepararnos para el
día, el alimento espiritual por la mañana es crucial para fortalecer nuestra fe y
guiar nuestros pasos.
Así como necesitamos alimento físico para sostener nuestro
cuerpo, también necesitamos la Palabra de nuestro Señor Jesús para sostener
nuestra fe. Al comenzar el día profundizando en su palabra, alimentamos nuestra
mente y corazón con verdades que nos fortalecen. Un desayuno nutritivo nos da
energía para las actividades diarias y su Palabra nos da sabiduría y discernimiento
espiritual para enfrentar los desafíos que encontramos en el camino. El salmista
David entendió la importancia de buscar al Señor por la mañana, él reconoció que
comenzar el día en su presencia era esencial para encontrar dirección y paz.
Cuando nos alimentamos de la Palabra por la mañana, ponemos nuestra
confianza en el autor y consumador de la fe. Así como nos esforzamos por comer
una comida saludable cada mañana, también debemos esforzarnos por
alimentarnos espiritualmente de su Palabra. Hagamos de la lectura y la
meditación de las Escrituras una parte vital de nuestra rutina diaria, para que
podamos crecer en la fe y vivir una vida que glorifique a nuestro Señor Jesús en
todo lo que hacemos. Reservemos un tiempo cada mañana para leer un pasaje de
la Biblia y meditar en él. Hagamos una oración sincera entregándole nuestro día a
Él y pidiendo sabiduría. Busquemos aplicar las verdades bíblicas en nuestra vida
diaria, actuando según su voluntad.
Oremos!!! Señor Jesús, cuando nos levantamos por la mañana, queremos tener
hambre de ti. Que nuestro primer deseo sea de alimentarnos con tu Palabra, pues
ella nutre nuestra alma, fortalece nuestro espíritu y guía nuestros pasos. Llénanos
de tu sabiduría y amor, para que podamos reflejar tu luz en todo lo que hacemos.
Que nuestra comunión contigo fortalezca nuestra fe y nos permita vivir según tu
voluntad, en tu nombre poderoso Señor Jesús, lo creemos, ”Aleluya!!!, Amén y
Amén”.
*Que tengan un excelente día lleno de bendiciones
cuerpo, también necesitamos la Palabra de nuestro Señor Jesús para sostener
nuestra fe. Al comenzar el día profundizando en su palabra, alimentamos nuestra
mente y corazón con verdades que nos fortalecen. Un desayuno nutritivo nos da
energía para las actividades diarias y su Palabra nos da sabiduría y discernimiento
espiritual para enfrentar los desafíos que encontramos en el camino. El salmista
David entendió la importancia de buscar al Señor por la mañana, él reconoció que
comenzar el día en su presencia era esencial para encontrar dirección y paz.
Cuando nos alimentamos de la Palabra por la mañana, ponemos nuestra
confianza en el autor y consumador de la fe. Así como nos esforzamos por comer
una comida saludable cada mañana, también debemos esforzarnos por
alimentarnos espiritualmente de su Palabra. Hagamos de la lectura y la
meditación de las Escrituras una parte vital de nuestra rutina diaria, para que
podamos crecer en la fe y vivir una vida que glorifique a nuestro Señor Jesús en
todo lo que hacemos. Reservemos un tiempo cada mañana para leer un pasaje de
la Biblia y meditar en él. Hagamos una oración sincera entregándole nuestro día a
Él y pidiendo sabiduría. Busquemos aplicar las verdades bíblicas en nuestra vida
diaria, actuando según su voluntad.
Oremos!!! Señor Jesús, cuando nos levantamos por la mañana, queremos tener
hambre de ti. Que nuestro primer deseo sea de alimentarnos con tu Palabra, pues
ella nutre nuestra alma, fortalece nuestro espíritu y guía nuestros pasos. Llénanos
de tu sabiduría y amor, para que podamos reflejar tu luz en todo lo que hacemos.
Que nuestra comunión contigo fortalezca nuestra fe y nos permita vivir según tu
voluntad, en tu nombre poderoso Señor Jesús, lo creemos, ”Aleluya!!!, Amén y
Amén”.
*Que tengan un excelente día lleno de bendiciones
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