A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido Salmo 16:8
Esta es la manera de vivir. Con nuestro Señor Jesús siempre delante de nosotros, tendremos la más noble compañía, el más santo ejemplo, la más dulce consolación y la más poderosa influencia.
Esto debe ser un decidido acto de la mente, “he puesto”, y debe mantenerse como algo firme y establecido.
Tener siempre un ojo para el ojo de nuestro Señor Jesús, y un oído para la voz de nuestro Señor Jesús, es la condición correcta para el hombre piadoso.
Nuestro Señor Jesús está cerca de nosotros, llenando el horizonte de su visión, guiando el camino de su vida, y proporcionando el tema de su meditación.
¡Qué vanidades evitaríamos, qué pecados dominaríamos, qué virtudes exhibiríamos, qué gozos experimentaríamos si en verdad pusiéramos siempre a nuestro Señor Jesús delante de nosotros!
¿Por qué no? Esta es la forma de estar seguro. Si nuestro Señor Jesús está siempre en nuestras mentes, llegamos a sentir seguridad y certeza por Su presencia tan cercana.
Él está a nuestra diestra para guiarnos y ayudarnos; y por esto no somos conmovidos por el miedo, ni la fuerza, ni el fraude, ni la veleidad.
Cuando nuestro Señor Jesús está a la diestra de un hombre, ese hombre está seguro de no ser conmovido.
¡Vamos, entonces, ustedes que son enemigos de la cruz! Acometan en nuestra contra como una furiosa tempestad, si quieren. Pero nuestro Señor Jesús nos sostiene.
Nuestro Señor Jesús permanece con nosotros. ¿A quién temeremos? Alabado sea el nombre de nuestro Señor Jesus.
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